Al principio, algunos veíamos con buenos ojos la apuesta de Microsoft por la Inteligencia Artificial. Veíamos un potencial enorme y, en ciertos casos, era muy interesante para realizar tareas en nuestro día a día. Sin embargo, poco a poco empezamos a ver un problema con Copilot y ahora la situación ha ido claramente a peor. Esta semana, como os indicábamos, Pavan Davuluri hablaba sobre el futuro de Windows y su transformación en un sistema basado en agentes de IA.
Microsoft no acepta las críticas sobre su apuesta por la IA
En el mensaje en redes de Pavan Davuluri se habla de un futuro de Windows basado en la IA. Esto, en sí mismo, no tendría por qué ser malo… salvo por un detalle clave: Microsoft parece haber pasado página de Windows 11. Hay una sensación de desidia y abandono total del sistema operativo y eso se nota cada día más.
Mientras tanto, Microsoft está desmantelando poco a poco el programa Windows Insider. Su líder, Amanda Langowski, ya ha dejado el programa y lo mismo ha sucedido con Jason Howard y Brandon LeBlanc. Está bastante claro que, más pronto que tarde, este programa desaparecerá, igual que la certificación Windows Insider MVP. Menos comunidad, menos escucha, menos feedback. Justo lo contrario de lo que necesitaría un sistema en crisis de identidad.

Otra señal inequívoca es ver cómo otros sistemas operativos están adelantando a Windows y, desde Redmond, no hay una reacción clara. Esta semana Valve ha presentado, de nuevo, sus Steam Machines, pero ahora con un contexto muy diferente: el éxito de la Steam Deck ha demostrado que Linux puede ser una alternativa real para jugar. El problema, que Microsoft no quiere ver, es que la gente que apueste por estas máquinas apostará por Linux y, poco a poco, Windows se irá quedando aislado en su propio ecosistema. Y ojo, no es una crítica a la competencia, al contrario: la competencia nos encanta, porque suele generar una reacción. El problema es que Microsoft no está reaccionando.
Por otro lado, Android quiere plantarle cara a los PCs con Windows. Lenovo ya ha dicho que la primera versión estará algo limitada, pero es eso: una primera versión. El objetivo está claro: ir a por las gamas de entrada que Windows dominaba sin esfuerzo. Las tablets con Android ya están muy presentes y lo siguiente serán los ordenadores portátiles con Android, atacando justo el segmento donde antes Windows era la opción por defecto.
Mientras tanto, Apple parece preparar su MacBook con procesador A, el mismo que utilizan los iPhone. Esto permitiría ofrecer un portátil más económico a cualquiera que quiera empezar a trabajar con macOS. Si sumamos esto al precio del Mac mini, tenemos una combinación muy peligrosa para Microsoft: macOS es una amenaza creciente para Windows, especialmente para quien busca eficiencia, buen rendimiento y un ecosistema cuidado.
La respuesta (o ausencia de respuesta) de Microsoft
Ante las críticas recibidas al mensaje de Pavan, Microsoft ha optado por cerrar los comentarios. Nada de debatir, nada de escuchar, nada de matizar. Simplemente, silencio. Esto lo único que muestra es el ostracismo y apatía de Microsoft ante la crítica en lugar de morder como hacían antes.
No hay una respuesta clara a la Steam Deck, que ofrece mucha más autonomía con SteamOS que con Windows.
No hay una respuesta a las tablets o equipos con Android, que llegan cada vez a más usuarios.
Y, por supuesto, no hay una respuesta a Apple y a su apuesta por sus propios chips. Y un crecimiento paulatino de macOS a través del iPadOS e iOS.
El gigante de Redmond ha preferido, aparentemente, abandonar Surface, dejar que Android domine el mercado de dispositivos de consumo y permitir que Apple campe a sus anchas en el segmento premium y creativo.
Ahora mismo, es muy difícil ser entusiasta de Microsoft. Y es muy fácil sentirse tentado por Android, HarmonyOS (que funciona de maravilla) o incluso macOS. La desidia de Microsoft está fortaleciendo a sus rivales y todo apunta a que el Ignite de este año será el réquiem de Windows, orquestado, irónicamente, por una Inteligencia Artificial.

