Intel ha cambiado de CEO pero, es demasiado pronto para notar los cambios en el desarrollo de productos. Especialmente cuando Alder Lake, la duodécima generación ya está diseñada y lamentablemente con pocas novedades.
Intel Alder Lake se mantendrá en 10nm
Esta información ha surgido de unas diapositivas a las que ha tenido acceso Videocardz. Por desgracia lo primero que vemos es que Alder Lake se mantendrá en 10nm. Se tratará de un procesador SuperFin que contará con núcleos de arquitectura Golden Cov+. Esto permitirá tener un rendimiento de un 20% más frente a esta generación. Por otro lado, se incrementa el rendimiento multihilo un 100%, seguramente gracias a la existencia de más núcleos.
El procesador contará con HGS (Hardware Guided Scheduling) que funcionará con el programador de tareas de Windows 10 para asignar tareas a núcleos e hilos. Esto podría suponer un rendimiento mejorado para equipos con Windows.
Pero mantendrá su compatibilidad con DDR4 y PCI 4.0 mientras soporta DDR5 con velocidades de 4800MT/s y soporte de PCI 5.0. Además, contará con soporte de Thunderbolt 4 y las memorias Intel Optane H20.
Eso si, parece que tendremos que esperar un tiempo hasta que veamos estos procesadores en el mercado, al menos en sobremesa. Se rumorea que los procesadores para portátiles llegarán antes.
El problema es que Intel seguirá sin cumplir el objetivo de bajar de los 10nm hasta 2023 según los datos de VideoCardz. La lectura positiva en la nueva generación es que se duplicarán los núcleos hasta los 16.
Intel tiene que reaccionar cuanto antes frente a su competencia. Tanto AMD como Qualcomm amenazan la seguridad de la compañía en el largo plazo. Ya han perdido su hegemonía y, mientras AMD ya dispone de su cuarta generación Ryzen con 7nm en Intel no llegará hasta dentro de dos años. Quizás para entonces AMD ya se encuentre en 5nm.