En 2024 Windows en ARM dio un salto de gigante gracias a Windows 11 24H2 y a los nuevos procesadores Qualcomm Snapdragon X Elite y Plus. Si hasta ahora tener un equipo con Windows en ARM era algo extraño, arriesgado e incluso poco recomendable, a partir de 2024 ha comenzado a ser algo que cada vez tenemos que valorar más seriamente como alternativa de compra.
Yo decidí adquirir una Microsoft Surface Laptop 7 (la versión más básica con 16/256 y un Snapdragon X Plus) que ya analicé en su momento. Sin embargo, hoy quiero hablaros sobre cuál ha sido mi experiencia durante los últimos meses con este equipo, mi primer dispositivo con Windows en ARM.
Puntos positivos de Windows en ARM
Mi principal motivo para adquirir un portátil con Windows en ARM era la duración de la batería. Sabía que Intel estaba cocinando algo con Lunar Lake pero no me apetecía esperar y, qué demonios, me apetecía jugármela probando algo distinto a lo que estaba acostumbrado.
Durante estos meses he experimentado, por primera vez en mi vida, la maravillosa sensación de estar trabajando con mi portátil sin preocuparme en ningún momento de cuánta batería le queda. La duración se extiende a toda la jornada de trabajo e incluso más allá, alcanzando alrededor de 11 horas de mi uso normal (navegar, algo de música, escribir, redes sociales…).
Algo que me ha sorprendido es lo especialmente bien que se comporta la batería con el consumo de contenido multimedia. Puedo ver varias películas de forma consecutiva y todavía me quedará batería, algo totalmente impensable en los equipos x86 que he tenido hasta ahora.
Otro aspecto que me ha encantado y que está bastante relacionado con lo anterior es el rendimiento del equipo cuando está desconectado de la corriente. Para mí era muy frustrante el hecho de tener un buen PC pero cuyo rendimiento caía de manera notable cuando estaba desconectado de la corriente energética. No es que se notase solamente en tareas intensivas, sino que también podías percibirlo navegando por internet, abriendo aplicaciones sencillas o incluso en las animaciones del sistema (aquí le vamos a dar un tirón de orejas a Windows porque esto seguramente no debería ocurrir).
Con Windows en ARM el rendimiento del equipo es prácticamente idéntico esté o no conectado a la corriente, lo cual también nos permite cuidar más nuestros equipos y que su batería tenga una mayor vida útil (pues, si no lo sabéis, no es recomendable tener el equipo permanentemente conectado a la corriente y con la batería al 100%).
En tercer lugar, y también relacionado con la eficiencia energética, tengo que hablar del ruido y el calor de esta Surface Laptop 7 a lo largo de estos meses. ¡NADA! Es totalmente imperceptible. A pesar de que el equipo cuenta con un ventilador, este apenas se me ha activado en estos meses de uso (si bien es cierto que no lo he enfrentado a tareas exigentes como edición de vídeo o gaming).
Poder usar el portátil durante horas con 20 pestañas abiertas, música, redes sociales y un par de programas y que se mantenga frío y sin emitir ningún ruido es extremadamente placentero en el uso cotidiano. A mi anterior portátil le tuve que cambiar la pasta térmica a los pocos años debido al gran calor que generaba. No parece que vaya a ser el caso con esta Surface Laptop 7, lo cual, de nuevo, puede ayudar a alargar la vida útil del dispositivo.
La última ventaja que más he agradecido es el tema de la suspensión. Ya prácticamente nunca apago mi portátil, simplemente lo dejo suspendido porque sé que, cuando vuelva a cogerlo, apenas habrá perdido batería y podré disfrutar de él inmediatamente.
Lo que menos me ha gustado
A pesar de que mi experiencia general ha sido muy positiva, no todo es perfecto. Windows en ARM no deja de ser un nicho (de momento) y eso tiene una serie de inconvenientes asociados. El primero con el que me topé (y que ya conocía) es la falta de compatibilidad con algunas aplicaciones y, en especial, videojuegos. No todo el software puede ejecutarse de forma emulada en estos equipos sino que hay alguno que directamente ni siquiera es capaz de correr (como es el caso de algunos juegos de masas como el League of Legends o el Fortnite).
Otro problema al que me he tenido que enfrentar es la falta de soporte adecuado por parte de los desarrolladores. Si alguna aplicación tiene un bug específico para Windows en ARM, la base de usuarios tan pequeña hace que tu feedback sea mucho menos prioritario o que en ocasiones ni le llegue al desarrollador.
Más allá de eso, la verdad es que no tengo quejas. Sé que si mi uso fuese distinto quizás me habría topado con más inconvenientes pero no ha sido el caso. Sabía lo que compraba y si se adaptaba a mis necesidades y así ha sido. Al 2025 le pido que Microsoft y Qualcomm sigan haciendo tan buen tándem y que más fabricantes como MediaTek se suban al carro de Windows en ARM para que la competencia en el sector beneficie a los usuarios.
11 horas de batería… ¡Ya sólo por eso merece la pena!
Yo también lo tengo y estoy encantado 😍
Tengo una Surface Laptop Go… Desde el minuto 1 la batería no me dura más de 4 horas en un uso normal: navegar, youtube, email… A mi mujer con el Surface Laptop 7 le dura más de 20. No hay discusión.
Es indiscutible y además histórico.
Tengo un Meteor Lake 155H. No tiene tanta batería pero se acerca s las ventajas de ARM. Tiene el mismo rendimiento enchufado q no, jugando muy bien a todo, y bastante batería aunque se me queda en 6h más o menos. En silencio absoluto en tareas normales, suena algo si va a tope trabajando o jugando, pero muy, muy poco, y casi ni se calienta, es una maravilla. Si la próxima gen de ARM mejora mucho su rendimiento en juegos igual me lo pienso, pero por ahora estoy encantado con el fresquito Ultra 155h, y me han sorprendido su rendimiento y batería.
Nada supera en duración al ARM.