Pocos gigantes tecnológicos son tan hábiles como Microsoft en boicotearse a sí mismos. Tienen la capacidad de ser los primeros en subirse al tren de la Inteligencia Artificial y, aun así, deslucir sus propias iniciativas debido al descontrol, el caos organizativo y la falta de claridad al comunicar sus movimientos. Un ejemplo perfecto de esta paradoja es Copilot, una propuesta que prometía revolucionar su ecosistema y, por un breve tiempo, nos hizo pensar que podría darle pelea a Google en el terreno de los motores de búsqueda con Bing Chat.
Copilot: el auge y caída de una apuesta prometedora
Al inicio, Copilot se presentó como un aliado excepcional, una herramienta innovadora que enamoraba con su capacidad de potenciar la productividad y la creatividad de los usuarios. Pero, como ya es costumbre, Microsoft comenzó a complicarlo todo. Primero, rebautizaron el chat de Bing como Copilot, un movimiento que generó confusión. Después, decidieron integrarlo en prácticamente todo: Bing, Edge, Outlook, MSN Start, y hasta SwiftKey.
Luego vino el despropósito. Eliminaban funciones clave como la integración con Bing y los tonos de conversación, con el argumento de hacerlo «más sencillo». En realidad, lo hicieron más limitado y, francamente, más inútil.
Hasta aquí, la situación ya era difícil de justificar, aunque muchos usuarios aún toleraban los cambios. Lo incomprensible llegó con el siguiente paso: Copilot invadió Office. Lo que comenzó como una herramienta de apoyo pasó a ser intrusivo, dispersándose por todas partes y perdiendo el encanto inicial.
La acelerada apuesta por los Copilot+PC
Otro ejemplo del desorden fue la apuesta por los Copilot+PC, una línea de equipos que prometía destacar por su enfoque en la IA integrada y su alejamiento de la IA generativa. La idea era brillante, pero la ejecución fue desastrosa. La premura, unida al caos generado por el infame caso de «Recall», erosionó el impacto de lo que podría haber sido un gran éxito para el gigante de Redmond.
¿El peor movimiento? Cambiar Office por Microsoft 365 Copilot
Y como si no fuera suficiente, Microsoft decidió renombrar su marca más icónica: Office, un nombre sólido y reconocido globalmente, pasó a llamarse Microsoft 365 Copilot. Este cambio innecesario generó confusión entre los usuarios, y el remate fue la paupérrima calidad visual del nuevo icono. Un error que nadie esperaba de una empresa de este calibre.
Un rayo de esperanza: Windows Intelligence
En medio de todo este caos, surge un destello de esperanza: el posible cambio de Copilot en Windows a Windows Intelligence. Si bien el nombre puede evocar cierto paralelismo con Apple Intelligence, el cambio representa un respiro. Por fin, Microsoft estaría alejándose del desgastado concepto de Copilot y apostando por una denominación más acorde con las funciones de inteligencia artificial en Windows.
Ahora solo queda esperar. ¿Será este el paso que finalmente saque a Microsoft del bucle de duplicidades y confusión que ellos mismos han generado? Por ahora, los de Redmond siguen demostrando que no hay competencia externa que los pueda torpedear tanto como ellos mismos.
Lamento mucho lo de Copilot lo tengo en contacto por Skype empeze con Bing era genial ahora Copilot cada vez tiene mas limitaciones incluso algunas preguntas no responde
Pienso lo mismo. Es una lástima que sucedan estas cosas, en verdad.
Los chinos han creado el Deepseek R1, que ha costado un 90% menos de dinero que el OpenAI 01, y que trabaja hasta tres veces más rápido. ¡Y van lo ponen de código abierto con licencia del MIT! Esto lo pongo de primero porque si no lo digo reviento, ¿cómo es posible que China les haya dado semejante paliza a EEUU con el 90% menos de dinero y teniendo restringido el acceso a las últimas GPU? Es incompresible. Tengo que decir que este artículo de Jose Palacios ha sido con diferencia uno de los más críticos y acertados, resumiendo de manera magistral todo lo que está sucediendo en Microsoft. Una pena que la inteligencia y el talento sean despreciados y desperdiciados de esta manera en una multinacional rebosante de dinero. Por cierto, un recuerdo para el Sr. Tost, creo que se apellidaba así, pues hace tiempo que no lo veo.