Desde los tiempos del Microsoft Courier y, más tarde, Surface Duo, Redmond ha coqueteado con la idea de un PC de doble pantalla que replantease el portátil tradicional. Ese intento maduro se llamó Surface Neo: anunciado en 2019 junto a Windows 10X, nunca llegó a las tiendas y acabó congelado en 2021. Ahora, una unidad casi final ha pasado por manos de Windows Central, y por fin podemos contar qué pudo haber sido… y por qué no fue.
Un diseño de vitrina para un PC que nunca salió

Hardware: finura extrema, bisagras de lujo y dos paneles 4:3
La primera impresión de Bowden es rotunda: “probablemente el mejor hardware Surface jamás fabricado”, con un chasis de metal, vidrio y policarbonato que roza lo obsesivo por el detalle. Cada mitad tiene solo 5,6 mm de grosor y las bisagras son de lo mejor que se ha visto en un dispositivo plegable. Abierto, ofrece dos pantallas LCD de 9” (4:3) a 1920×1440 que, al trabajar juntas, equivalen a un panel de ~13” en 3:2: nítidas, brillantes y perfectamente alineadas.
La ficha técnica sería algo así como:
CPU: Intel Lakefield (5 W)
Memoria: 8 GB LPDDR4x
Almacenamiento: 256 GB UFS
Pantallas: 2× 9” 1920×1440 (4:3)
Conectividad: Wi-Fi ac, BT 5.0 y LTE con bandeja SIM integrada en el botón de volumen
Audio: 4 altavoces con Dolby Atmos
Peso: 670 g; grosor por mitad: 5,6 mm.

Sí, has leído bien: Microsoft escondía la bandeja SIM en el propio botón de volumen, un alarde de ingeniería que no penalizaba el “click” del control. Detalles así separaban a Neo de todos los demás.
Accesorios: teclado magnético “mini” y Slim Pen con carga inalámbrica
El combo de teclado magnético ultrafino y Slim Pen se acoplaba al cuerpo y cargaba por inducción. Al situar el teclado sobre la segunda pantalla, el sistema activaba el llamado “compose mode”, dejando un trackpad virtual y accesos rápidos (la famosa “Wunderbar”) en el espacio restante. La idea es brillante… pero el teclado era demasiado pequeño para largas sesiones.

Donde patinó: rendimiento y temperatura
Lakefield no dio la talla
El talón de Aquiles fue el Intel Lakefield: lento, con térmicas comprometidas y throttling frecuente en una carcasa sin ventilador tan fina. No hubo benchmarks (Windows 10X no los facilitaba), pero la experiencia de uso lo deja claro: el equipo no era fluido y se calentaba más de la cuenta. Intel canceló Lakefield poco después y con ello se esfumó el corazón de Neo.
Windows 10X: magia ligera con fecha de caducidad
Una UX deliciosa, un ecosistema verde

Windows 10X prometía un Windows ligero, seguro y moderno, construido sobre Windows Core OS, muy fluido y bien animado, con gestos y sonidos que hacían placentero mover apps entre paneles o “extender” ventanas. El peaje: estaba en los huesos, solo ejecutaba aplicaciones web y UWP y carecía de muchos ajustes que sí tenemos en Windows 11. Cuando Neo se aplazó en 2021, 10X se fue con él. Parte de su espíritu acabó llegando a Windows 11, pero la visión de doble pantalla murió en el intento.
¿Por qué Microsoft lo canceló?
La combinación de hardware demasiado delgado para Lakefield, la pandemia que enfrió la demanda de formatos exóticos y la imposibilidad de reusar el diseño con ARM (al ser un proyecto atado a Intel) empujaron la cancelación silenciosa. Anunciado en octubre de 2019 con ventana de lanzamiento en verano de 2020, se pospuso indefinidamente en mayo de 2021 y nunca volvió.
Lo que nos deja Neo en 2025
Diseño y bisagras de referencia para cualquier plegable o dual-screen.
Experiencia a doble pantalla que aumenta productividad si el software acompaña.
Lección térmica: la obsesión por la delgadez tiene límites.
Idea adelantada a su tiempo que hoy podría tener sentido en ARM Copilot+… si Microsoft alguna vez decide rescatarla.