Cuando Steve Ballmer presentó la primera Surface allá por el año 2012 pocos pensamos que fuese a tener tal repercusión. Los de Redmond habían conseguido un nuevo tipo de dispositivo y eso era algo insólito. Nacía el factor de forma tipo Surface. Desde entonces ha sido copiado hasta por aquellos que lo ridiculizaron.
La legendaria «nevera tostadora» cumple ocho años afianzando un concepto que ya se ha convertido en imprescindible. El elemento fundamental sigue siendo ese kickstand, ese soporte que nos ofrece infinidad de grados de inclinación. Nuestro dispositivo no debe estar limitado a uno o dos usos, debemos poder utilizarlo a nuestro antojo.
Surface Pro 7 cercano a la perfección
Cuando presentaron la Surface Pro 7 tuvimos una sensación agridulce. El concepto, el chasis seguía siendo el mismo que el de Surface Pro 4. Un año más Microsoft mantenía el mismo formato, la misma pantalla y el mismo chasis que en el pasado.
Sin embargo, en los detalles es donde podríamos destacar que ha mejorado. La obligada renovación a los procesadores Intel de décima generación era obligatorio, así como la inclusión, por fin, del puerto USB-C. En este punto, Microsoft podría haber optado por Thunderbolt 3 para alcanzar el valor superior. Sin embargo, se ha apostado por el estándar USB 3.1 que solo alcanza los 10Gbps de transmisión.
Por otro lado, los micrófonos, en un dispositivo pensado para el trabajo, también han dado un salto de calidad. Esto era algo fundamental y, el audio del video se ha grabado con estos micrófonos para demostrar su calidad.
La carga rápida es otro factor diferencial. Se ha mejorado la carga del dispositivo. Y no podíamos olvidarnos de la nueva fuente de alimentación que sube desde 47,8 a 65W de potencia manteniendo prácticamente las dimensiones.
Terminamos el breve, pero interesante capítulo de novedades con Intel. La inclusión de la décima generación de Intel nos permite disfrutar de Instant On. La característica que nos permite reanudar en un tiempo record como si de una tablet se tratase. El otro sello de Intel lo encontramos en la conectividad WiFi. Microsoft ha cambiado su proveedor habitual de WiFi (Marvell) por Intel buscando una mayor calidad.
Experiencia de uso
El tiempo que pudimos probar Surface Pro 7 nos dimos cuenta de que las diferencias con Surface Pro 4 no son muy grandes. Si, el procesador y su gráfica son un gran salto pero, en labores cotidianas el uso es bastante semejante. Una calidad increíble en cada tarea.
Todo funciona como debería, Windows Hello junto con Instant On nos permite que según estamos bajando el teclado, nos reconoce el iris e inicia sesión para que cuando esté abajo hayamos iniciado sesión. Esa es la experiencia que debe buscar Microsoft y, en ciertos aspectos se nota muy depurado.
Así, nos encontramos con un producto con un diseño icónico y que ha mejorado en los apartados en los que más flaqueaba. Valido tanto para ofimática como para juegos no muy potentes, Surface Pro 7 cumplirá con creces lo que le pidamos.
Mejorando la fórmula del éxito
Surface Pro es un estándar de calidad que, con el paso del tiempo se ha asentado. Siendo un producto icónico es complicado dar un salto adelante. Es por eso que, aunque se presentó junto con Surface Pro X su protagonismo fue escaso.
Me atrevo a decir que tiene la misma relevancia que el iPad original para Apple. Año tras año se renueva pero, sus novedades están centradas en incorporar el último procesador y a veces algún detalle más. Es lógico, es una fórmula que funciona y con la que no es necesario arriesgar.
Esto no quiere decir que nosotros debamos ser conformistas pero, si que vemos la evolución de este producto como algo más limitado. Sin embargo, si que pensamos que los de Redmond deben evolucionar su diseño. El ejemplo de que se puede hacer mejor es Surface Pro X.
Seguramente, para la edición de este año veamos un disco duro extraíble y quizás una renovación, más que esperada, de la pantalla. El formato es increíble pero, los marcos se nos antojan demasiado grandes. Microsoft ha creado un gran concepto pero debe arriesgarse más.
Conclusiones
Un año más tendremos que esperar a la revolución de Surface Pro, más allá de Surface Pro X. Los de Redmond siguen con un diseño continuista que poco queda por mejorar sin que afecte al diseño. Aquellos puntos donde no estaba a la altura se han solventado y, pocas mejoras podrían aplicarse más allá de un cambio físico.
Para los que buscáis una Surface Pro, este dispositivo está a la altura de lo esperado. No hay florituras solo un hardware muy bien ensamblado y a la última. La única floritura disponible es el color que escojamos para el teclado y el Surface Pen.